Sunday, December 14, 2014

UN GRUPO DE MUJERES SIMULABA ORGANIZAR FIESTAS PARA QUEDARSE CON LA MERCANCíA DE LOS NEGOCIOS QUE ALQUILAN MOBILIARIO

Más de 10 mil sillas y 100 mil bolivianos estafados es lo que logró una banda compuesta por seis mujeres, que de manera ingeniosa engañaban a las empresas que se dedican a rentar este tipo de mobiliario para eventos sociales.

Las mujeres simulaban tener una fiesta y acudían a los negocios para rentarse sillas, mesas grandes y para niños.

Para cerrar el trato dejaban un carnet de identidad y un adelanto de dinero que no superaba los 300 bolivianos.

Las personas que se dedican a realizar el alquiler llevaban las sillas y mesas a los lugares requeridos y las entregaban a las mujeres.

Pero minutos después, las estafadoras abandonaban el salón de fiestas o domicilios llevándose lo alquilado e indicando que el evento se había suspendido.

Días después aparecían los dueños de los negocios para reclamar por sus sillas y mesas y eran informados por los salones de eventos que las mujeres se habían llevado la mercancía. De esta manera fueron estafadas 20 personas en todo el departamento.

Después de varias denuncias, la Policía logró detener a las seis mujeres. En este caso, gran parte de la mercancía fue encontrada y devuelta a los propietarios, por lo que las mujeres recuperaron la libertad.

PASAPORTES

La falsificación de pasaportes ocupa el segundo lugar en la lista de estafas, después de los engaños que se realizan a través de la venta de terrenos.

Los estafadores ven en la necesidad de las personas de viajar a Europa una forma de sonsacar dinero con documentos que son falsificados. Las víctimas han sido detenidas en varios casos.

Uno de los casos más dramáticos fue el de dos hermanas captadas por estafadores en puertas de una agencia de turismo.

Allí, una mujer les ofreció la visa para Italia por una suma de 6 mil dólares para cada una.

“Son visas diplomáticas y con éstas entran seguro a Italia”, les dijo una de las embaucadoras.

Las dos mujeres aceptaron y lograron viajar con los pasaportes que ignoraban eran falsos.

A su llegada al aeropuerto de Milán fueron detenidas por la Policía y deportadas a Bolivia, donde las encarcelaron por el delito de uso de instrumento falsificado.

La delincuente trabajaba con un hombre de nacionalidad dominicana, quien era el encargado de elaborar los pasaportes falsos con sellos y firmas falsas de la Cancillería de Bolivia.

Fueron cinco las víctimas que denunciaron a estas dos personas.

También se presentó un caso en el que un abogado ofrecía de igual forma pasaportes diplomáticos.

En este caso, las víctimas no lograron salir del país, los pasaportes fueron detectados en el aeropuerto de La Paz como falsos y las seis víctimas hicieron la denuncia.

Un abogado era quien estaba encargado de hacer las falsificaciones, y luego de ser descubierto les ofreció a sus víctimas un lote como resarcimiento, por lo que quedó libre.

La Policía espera que la Cancillería de Bolivia ayude con la investigación para que el caso no quede impune.

Otra forma de captar víctimas para ofrecerles pasaportes falsos era la que perpetraba C.H.A., a través de anuncios clasificados.

El destino que ofertaba era Estados Unidos y vendía los pasaportes en sumas que oscilaban desde los 3 mil hasta los 11 mil dólares.

En algunos casos, las víctimas eran deportadas y en otros no salían del país porque no tenían el pasaje comprado.

La Policía informó que la mujer les ofrecía los pasajes, pero cuando las personas llegaban al aeropuerto de Santa Cruz o de La Paz se daban cuenta que el boleto no había sido adquirido.

Fueron 15 las denuncias que la división Económicos y Financieros de la FELCC recibió. La mujer está detenida en la cárcel de San Sebastián. Para evitar ser encontrada por la Policía la mujer cambiaba la dirección de su agencia de viajes y número de teléfono.

ANTICRÉTICOS

Los bienes inmuebles son blanco para atraer víctimas de estafas.

Dos mujeres se ingeniaron un modus operandi para sonsacar 40 mil dólares a cuatro personas.

Un departamento en la zona sur, a medio construir, fue el que usaron para pedir a la gente dinero por adelantado con el argumento de realizar reparaciones.

El departamento no contaba con puertas ni ventanas, por lo que las mujeres pedían a los interesados en el anticrético, que visitaban el lugar, un adelanto para terminar la obra y luego poder habitar la vivienda.

Como la obra no era concluida y no la podía habitar, uno de los interesados que había dado el adelanto denunció a las mujeres.

Fisioterapeuta y dentista estafan a pacientes

Aprovechando de su condición de profesionales en el área de la Medicina, un dentista y un fisioterapeuta estafaron a clientes y estudiantes, respectivamente.

Los dos acusados fueron detenidos el mes pasado. El dentista engañó a seis personas.

El hombre cometió estelionato. Les pedía dinero a sus víctimas para equipar de mejor manera su consultorio odontológico y ofrecía pagarles intereses por encima del 3 por ciento mensual.

Como garantía para recibir el dinero, el hombre les entregaba los papeles de una propiedad, que no era de él sino de su padre.

Daniela (nombre que protege la identidad de la víctima) fue una de sus pacientes que confió en él y le entregó su dinero en calidad de préstamo.

A ella le pidió 10 mil dólares y le dijo que le pagaría intereses cada mes, pero llegado el momento de hacer los pagos, no cancelaba.

La mujer le exigió la cancelación en reiteradas oportunidades, pero no recibía una respuesta positiva. Fue a Derechos Reales para ver si los papeles que le habían entregado como garantía estaban en orden, pero allí descubrió que el inmueble ya tenía hasta cinco gravámenes y que estaba hipotecado por una entidad bancaria, por lo que esos documentos no le servían de nada.

La víctima decidió denunciarlo a la Policía. A ella se sumaron otras cuatro personas, a las cuales el odontólogo había pedido dinero prestado de la misma forma.

A otros clientes les pidió el pago por el arreglo de sus dientes de manera adelantada con el mismo pretexto, la compra de equipos para su consultorio.

El odontólogo está actualmente detenido en la cárcel de San Sebastián Varones.

ESTAFA A

UNIVERSITARIOS

Algo similar pasó con un fisioterapeuta, quien además era auxiliar de docencia de una universidad.

Aprovechando esta situación, A.V.O. chantajeaba de alguna manera a los estudiantes, con el objetivo de obtener dinero.

Su cargo como auxiliar le permitía calificar a sus estudiantes que realizaban prácticas en un asilo.

Cada estudiante que llegaba a ponerse en contacto con él, por la materia que cursaba, escuchaba su pedido de dinero.

“Estoy abriendo un consultorio y si tú me ayudas con algo de dinero, podrás venir luego a hacer tus prácticas gratuitas y hasta a trabajar”, les decía el estafador.

Los universitarios de tercer semestre de la carrera de Fisioterapia se sentían presionados por el auxiliar de docencia y accedían a su pedido para no reprobar la materia de la cual estaba a cargo.

El embaucador les pedía a los alumnos que tramitaran préstamos de entidades financieras.

“Cuando te entreguen el crédito yo voy a pagar cada mes, tú no te debes preocupar de nada”, manifestaba el auxiliar de docencia con mucha convicción.

El investigador del caso, sargento Javier Fuentes indica que con este modus operandi el hombre engañó a 25 estudiantes.

Las víctimas se dieron cuenta de la estafa cuando funcionarios de las entidades financieras llegaban con la Policía a sus viviendas para allanarlas, debido a que no se habían realizado los pagos.

Esta situación impulsó a los estudiantes a denunciar al fisioterapeuta.

“En los documentos de los préstamos no figuraba el nombre del estafador para nada, los alumnos eran los únicos sujetos del crédito”, afirma el investigador.

Sin entregar ninguna garantía, el hombre recibió de los estudiantes 3 mil, cinco mil y hasta 9 mil bolivianos. En total logró estafar cerca de 50 mil bolivianos.

El acusado fue detenido por la Policía y declaró que el dinero que recaudaba era entregado a una de sus tías, por lo que la mujer también fue recluida.

La Policía allanó la vivienda del fisioterapeuta y evidenció que no tenía siquiera un lugar para montar el consultorio y que tampoco contaba con el instrumental.

Actualmente, las víctimas de entre 18 a 20 años se están haciendo cargo de los pagos en las entidades financieras y el hombre fue retirado de su fuente laboral.

Cuidado con los juegos de azar

Los juegos de la ruleta que se instalan en las ferias de diferentes provincias y la ciudad pueden ser usadas para perpetrar estafas.

Por lo general, las personas que realizan estos juegos colocan un contrapeso por debajo de la ruleta para que los premios mayores nunca beneficien a los apostantes.

La Policía detuvo a uno de estos estafadores que contaba con dos cómplices y que ofrecían en la ruleta dinero, celulares, cámaras fotográficas y otros por las apuestas.

Cada una de las apuestas oscilaba entre los 50 y 200 bolivianos dependiendo en qué casilla se apostaba.

6 Víctimas del “conquistador”

Mujeres viudas, divorciadas y solteras fueron víctimas de G.N.M., de 39 años.

El hombre enamoraba a sus víctimas, generalmente de pollera, a las que les prometía matrimonio.

Cuando obtenía la confianza de las mujeres les proponía hacer negocios con productos importados desde Chile y para ello les pedía que saquen dinero de entidades bancarias. Luego de obtener la plata desaparecía.

Estafó más de 50 mil bolivianos a sus víctimas. Ahora está detenido.

El “viguetero” engañó a más de un centenar de personas


El embaucador ofrecía viguetas y otros materiales en construcciones. Pedía adelantos y luego desaparecía con el dinero. Estafó más de medio millón de bolivianos. Publicaba también anuncios en los periódicos. Ahora, el acusado está detenido en la cárcel de El Abra y las múltiples víctimas de sus engaños continúan apareciendo.

Con cerca de medio millón de bolivianos estafados a 73 personas, M.C.P., de 50 años, es el timador más grande que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) ha detenido en las dos últimas gestiones. Era buscado desde el 2008, cuando empezaron a registrarse las denuncias en su contra.

Para captar a sus víctimas, M.C.P. se paseaba por las construcciones de edificios, casas, tiendas y otros, ofreciendo viguetas a bajo costo, además de otros materiales como cemento, yeso y fierros.

Su modus operandi era el mismo en todos los casos. Se acercaba a los propietarios de las construcciones o a los contratistas y les decía que tenía material a bajo costo para la venta.

Claudia (nombre que protege la identidad de la víctima), fue una de las estafadas. El año 2012, cuando hacía construir su vivienda en la avenida Segunda Circunvalación, M.C.P. entabló conversaciones con los albañiles encargados de la obra. Ellos le dijeron al estafador que no sabían nada acerca del material que iban a usar y que debía conversar con la propietaria. Le dieron la dirección del domicilio donde vivía Claudia y M.C.P. la fue a buscar. Allí le ofreció las viguetas, cemento y fierros a bajo costo.

"Este señor tenía una facilidad de convencer e hizo que lo aceptara", afirmó la víctima.

Para convencer a la mujer, el embaucador se dio a la tarea de medir la construcción y le pidió, como adelanto, la suma de mil bolivianos. Al día siguiente le pidió otros 6.500 bolivianos y le entregó un contrato de compra y venta. Desde ese día Claudia no lo volvió a ver más.

Cada vez que lo llamaba, él se burlaba. La víctima llegó al extremo de tener que ir a buscarlo disfrazada para que no la reconociera. Fue en reiteradas oportunidades a una supuesta fábrica situada en el kilómetro 5 de la avenida Villazón, sin embargo, nunca lo encontró.

Pasaron dos años desde la estafa para que Claudia volviera a ver a M.C.P. en los medios de comunicación. La noticia de que había sido detenido la alertó y de inmediato fue a sentar la denuncia en la FELCC.

MÚLTIPLES VÍCTIMAS

Así como Claudia, otras 72 personas formalizaron su denuncia contra el estafador desde 2008 en la División de Económicos Financieros de la FELCC.

Después de su detención, el 21 de octubre, en el penal de El Abra, donde ahora se encuentra recluido el estafador, aparecieron otras 30 víctimas, que formalizaron sus denuncias en la Fiscalía.

Pero ésa no era la única forma de operar del estafador. Además de hacer un recorrido por las construcciones, él publicaba anuncios en los clasificados de periódicos, donde ofrecía el material a bajo costo.

Sin embargo, son pocas las víctimas que cayeron de esta forma, explica el investigador del caso, sargento René Montaño.

LA INVESTIGACIÓN

La captura de este estafador fue una de las más importantes, según la Policía.

Durante meses se realizó un trabajo de monitoreo de las llamadas que realizaba el delincuente.

El hombre no cambiaba su número de celular, pero registraba en el mismo los teléfonos de todas las personas a las cuales había sonsacado los dineros, para no contestarles, cuando lo buscaban para reclamarle.

Sin embargo, las llamadas que él realizaba a sus víctimas fueron investigadas. En todos los casos usaba distintos teléfonos de la zona donde vivía, por lo que la Policía hizo un seguimiento de los lugares desde donde salían las llamadas hasta que lograron ubicar su domicilio.

Lo detuvieron y poco a poco las víctimas fueron sumando.

La Policía calcula que estafó más de medio millón de bolivianos, porque según el tamaño de las construcciones iba pidiendo distintos montos de dinero que oscilaban desde los 1.000 hasta los 20 mil bolivianos.

Los investigadores descubrieron, además, que el estafador había montado en una propiedad una especie de negocio para hacer creer a sus víctimas que sí fabricaba las viguetas. Allí colocó un letrero que anunciaba la venta de este material, pero adentro no había nada.

El investigador de la División Económicos Financieros sargento René Montaño señala que cuando las víctimas buscaban a M.C.P. encontraban la vivienda con el letrero, pero nunca lograron ingresar adentro, donde no había ningún material a la venta.

Timador ubicaba a víctimas por internet y clasificados

Los anuncios de venta de equipos electrónicos por internet y clasificados eran el anzuelo para que M.A.B. ubique a sus víctimas con el objetivo de estafarlas.

El hombre que llegó desde Perú hace seis meses no conocía las calles y zonas de la ciudad, por lo que actuó en complicidad de un taxista que lo trasladaba a todas las direcciones de las personas que ofrecían equipos electrónicos.

Juegos de nintendo, computadoras, cámaras fotográficas, celulares y todo tipo de equipos electrónicos eran el objetivo del estafador. Una vez que localizaba a sus víctimas mediante llamadas telefónicas acudía a las tiendas o viviendas para concretar el negocio.

La estrategia en todos los casos era la misma.

El embaucador llegaba a la casa, revisaba el equipo y afirmaba que lo iba a llevar. En presencia del vendedor colocaba dinero en un sobre, pero en el momento de pagar decía que lo iba a pensar mejor o iba a consultar con su familia.

Al salir del lugar de la venta se decidía por la compra y aprovechaba ese momento de descuido para cambiar el sobre con el dinero que había mostrado por uno con moneda falsa, o con dólares de cortes pequeños. Luego huía en un taxi que lo esperaba en la puerta.

Paola (nombre que protege la identidad de la víctima) fue una de las estafadas, pero antes de que el hombre se retirara de su domicilio logró ver que los billetes eran falsos.

Solamente alcanzó a tomar la placa del taxi al que el delincuente se subió y presentó la denuncia en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC).

La fiscal de la División Económicos y Financieros de la FELCC, Cinthia Prado, indica que el delincuente y su cómplice declararon haber estafado en al menos 40 domicilios, sin embargo, solo tienen cuatro denuncias formales.

Los dos hombres fueron detenidos, devolvieron a las víctimas el dinero estafado y están en la búsqueda de un proceso abreviado para lograr su libertad, ya que al resarcir el daño, los denunciantes desistieron del proceso.

PEPITAS DE ORO

Una estafa similar al de los equipos electrónicos es la que perpetraba una familia que engañaba a personas de la tercera edad, ofreciéndoles pepitas de oro.

Dos mujeres, madre e hija, recorrieron varios departamentos del país realizando estafas.

Sus víctimas por lo general eran captadas en la calle.

Una de las estafadoras se acercaba y les ofrecía venderles las pepitas de oro a bajo costo. Las mismas eran guardadas en una bolsa de tela.

Luego aparecía la otra mujer, quien aparentaba no tener ninguna relación con la ofertante y confirmaba que las pepitas eran verdaderas.

En otros casos iban a lugares de venta de oro para corroborar con terceras personas su autenticidad.

Una vez que convencían a las personas de la tercera edad les pedían sacar dinero del banco.

Consolidada la venta, las estafadoras cambiaban la bolsa de las pepitas por una de la misma tela que estaba cocida y que por dentro solamente tenía papeles.

Una vez que las víctimas lograban abrir la bolsa descubrían que adentro no estaban las pepitas.

Para lograr su objetivo, en algunos casos las mujeres se disfrazaban usando pelucas o cambiando de maquillaje para no ser reconocidas.

El jefe de la División Económicos y Financieros de la FELCC, capitán Dimar Caprirolo, indica que las mujeres fueron a Potosí, Oruro y otros departamentos del país para realizar la misma estafa.

Finalmente fueron detenidas y se estima que estafaron a más de una veintena de personas.

Ambas mujeres están detenidas en la cárcel de San Sebastián.

PAQUETES

Usar envoltorios de papel es otra forma de engañar a personas que viajan del campo a la ciudad.

Un hombre fue detenido por esta estafa conocida también por el “cuento del tío” que consiste en hacer caer los envoltorios cerca de una persona y cuando los recogen piden a la víctima que les entregue su dinero a cambio del paquete.

Luego de entregar su dinero, las víctimas descubren que dentro del envoltorio hay solo billetes falsos o papeles.

Monday, September 29, 2014

La libreta de teléfonos de El Tancara

Después de la matanza en El Abra, la Policía tardó más de ocho horas en retomar el control del penal. Una requisa supervisada por el ministro de Gobierno, Jorge Pérez, arrojó buenos resultados porque fueron descubiertos los depósitos donde los internos guardaban las bebidas alcohólicas, la cocaína y la marihuana, pero también tres armas de fuego, decenas de cuchillos, punzones y bates de béisbol que eran usados en la tortura de reclusos.

En la inspección también hallaron lujosos teléfonos celulares smartphones con listas de números de autoridades, delincuentes y otros personajes.

También fue hallada una libreta que le pertenecía a Edgar Ariel Tancara con los números telefónicos escritos de su propio puño y letra. Una caja de madera con droga y un papel con el sello de uno de los delegados de disciplina de El Tancara. Todos los objetos secuestrados por la Fiscalía están en cadena de custodia.


Crónica de unas muertes previsibles en el penal de El Abra

La música tropical de Nítido se escuchaba a varias cuadras a la redonda del penal de máxima seguridad de El Abra.

Los vecinos no podían dormir, pero sabían, por experiencia, que era inútil quejarse. Eran más de las diez de la noche del domingo y todo fluía de acuerdo al programa del festejo de Urcupiña.

El permiso para la fiesta fenecía a las doce, pero no era cualquier fecha. Era 14 de septiembre, se conmemoraba el aniversario de Cochabamba y al día siguiente era feriado, perfecto para dormir y “curar la resaca”, coinciden siete internos, entre sobrevivientes y testigos.

El mandamás del penal, Édgar Ariel Tancara, bailaba con su pareja, Romina Llanos, totalmente confiado y ajeno a los planes de sus enemigos. Ya había bebido bastante.

Sus guardaespaldas y hombres de confianza estaban cerca y también bailaban. El sonido de un disparo fue el preludio del infierno.

De inmediato la música y las luces se apagaron, al mismo tiempo que seis encapuchados irrumpían en el patio desde distintos lugares. Estaban todos vestidos de negro y jamás abrieron la boca. Uno corrió hacia el gánster del penal, que se había dado la vuelta para ver qué pasaba, y le descargó tres balazos en el pecho. “Lo tomó de sorpresa, no tuvo tiempo de nada”, dice asombrado un testigo.

El hombre más temido y poderoso de la cárcel había caído al piso, pero no estaba muerto y comenzó a arrastrarse hacia el quiosco, según fue testigo una horrorizada visita. Un interno que no estaba encapuchado, y ya está identificado, lo remató cortándole el cuello mientras otro le daba con un bate en el rostro y le fracturaba la mandíbula. Una de las balas hirió a su pareja, Romina Llanos, en el vientre.

Casi al mismo tiempo, Gustavo Tovar Ramírez, alias El Pilas, que bailaba con su esposa, al lado de El Tancara, cayó al piso. Un encapuchado lo apuñaló y el cuchillo le perforó un pulmón y la aorta. Se desangró rápidamente.

Paralelamente, un tercer encapuchado le disparó a Humberto Gonzáles Ramírez, alias El Chila Tigre, tres tiros, uno en el cuello y dos en el pecho, cuentan un interno herido y una testigo.

Alrededor, todo era confusión, gritos y caos. Los internos que bailaban corrieron hacia los bloques de celdas y otros hacia la capilla en busca de un refugio. Varias mujeres y niños se escondieron en las “conyugaleras”, esas habitaciones por las que los reclusos eran obligados a pagar para poder dormir con sus parejas. Los otros tres encapuchados estaban armados con cuchillos y bates de béisbol. Para asegurar su huida golpearon y apuñalaron a cuanto interno o visita se topaban en su camino.

Al menos unos diez reclusos trataron de trepar las paredes y la malla olímpica del penal, en un intento por fugarse. Los policías que vigilaban en las torres dispararon sus armas de reglamento hacia el cielo para disuadirlos y lo lograron. “No podíamos hacer más, solo éramos 23 policías y ellos 522 internos, si abríamos las puertas de ingreso, para tratar de controlarlos, moríamos y podía haber una fuga masiva, además no todos tenemos armas”, rememora un policía. Los encapuchados desaparecieron como entraron, sin que nadie los percibiera en medio del tumulto y el desorden.

Dos internos verificaron que El Tancara estaba muerto, pero su enamorada todavía luchaba por su vida. "Ella hacía ruidos como si se ahogara en sangre, la alzamos y la llevamos a la puerta de ingreso para que la auxilien, tocamos la puerta y gritamos pero los policías no abrían, tuvimos que rogar varios minutos para que la evacúen”. Cuando los dos internos volvían hacia el patio, hallaron a doña Margarita Herrera, la mujer que vendió comida durante la fiesta, tendida en el piso y desangrándose con una herida de bala en el abdomen. También la socorrieron y consiguieron que los policías se la llevaran. Ella estaba embarazada y la bala mató a la inocente criatura en su vientre. “Mi hijo me salvó, la bala se quedó en su pequeño cuerpecito y no me dañó a mí”, lloraría Margarita, horas después, en el Viedma.

Habían pasado varios minutos del tiroteo y el patio se llenó de internos que salían de los bloques. Al centro se reunieron otros delegados, entre ellos Iván Castro. Los demás formaron un muro humano para protegerse, en caso de que los encapuchados volvieran. Mientras se mantenían vigilantes vieron a Sergio Arze Araníbar, alias El Lucifer, acercarse. Estaba vestido con un canguro de color claro, unas bermudas y unos zapatos desamarrados, “como si recién se hubiese levantado, o cambiado”. Los internos discutían sobre quiénes podían ser los encapuchados, de acuerdo a las contexturas y estaturas que vieron por tan solo unos segundos.

“Sergio Arze, el Salvatrucha, dijo que él creía que habían sido los que llegaron de la cárcel de Chonchocoro o los chilenos”, pero mientras hablaba, hacía ademanes, levantó un brazo y su canguro dejó al descubierto un arma de fuego. Johnny Villarroel, El Gallinas, lo vio, gritó: “¡está armado!” y de inmediato quiso arrebatarle la pistola 9 milímetros, pero Lucifer reaccionó disparándole varios tiros a Villarroel, uno de los cuales le alcanzó en la pierna a Lindomar Bejarano. Más tarde se supo que El Gallinas había quedado parapléjico y permanece, en terapia intensiva del Viedma.

Mientras los heridos eran traspasados a través de una malla olímpica cortada a propósito por los internos, otra facción arremetía contra Sergio Arze, a quien acusaron de ser uno de los encapuchados. Dicen que se le acabaron los proyectiles a Lucifer y que, desesperado, corrió hacia la puerta de ingreso para salvar su vida, pero se tropezó y cayó en la cuneta de uno de los pasillos. Allí, la turba lo golpeó en la cabeza con dos enormes piedras y con ladrillos de seis huecos; lo apuñaló por la espalda unas 16 veces y lo hirió con punzones unas 50, hasta matarlo y dejarlo completamente ensangrentado, hecho un guiñapo.

Los reclusos se quedaron en el patio hasta el amanecer, temiendo el retorno de los otros sicarios. Antes de que investigadores de Homicidios llegaran y levantaran legalmente los cadáveres, los internos se pasearon entre los cuerpos y les llenaron de galletas las gargantas, en un afán de decirles: “¡Ahora sigan comiendo hambrientos!... Es que grande era la ambición de éstos, tenían tanto y nunca se conformaban”, dice otro testigo. A El Tancara le pusieron una llave de candado en la oreja izquierda y otra se la incrustaron en la herida de uno de los balazos, en el pecho.

Algunos dijeron que era para cerrarle las puertas del cielo. Otro interno que había sufrido sus abusos le clavó un alfiler en la nariz. “Todo era para desquitarse, no son rituales esotéricos o de magia negra, ni nada de lo que han dicho, era el odio, la bronca acumulada que estaba explotando”.

A pocos metros, Gustavo Tovar Ramírez, el Gígolo, que junto a su pandilla había asesinado a golpes al sastre Erwin Tintaya, en el Corso de Corsos de 2004, y que cumplía una condena de 12 años, estaba tendido en el piso. También había sido golpeado con un bate y tenía la mandíbula rota. Las galletas inundaban su boca. Humberto Gonzáles Olmedo, alias El Chila Tigre, tenía contusiones de bates de béisbol, bolsas de agua y de refresco encima.

La fiesta del derroche se había convertido en un festín de sangre y venganza.

TANCARA Y MUJERES

Ariel Tancara tenía mucho dinero y se daba el lujo de pagar liposucciones y cirugías estéticas a las mujeres que le gustaban o en las que tenía otro tipo de interés. El 14 de septiembre, cinco mujeres lo visitaron en el penal. Pero también tenía “la mala costumbre” de fijarse en las mujeres de los reclusos y si no las conquistaba con ofertas de dinero, invitaba a la pareja a beber, les dopaba a los dos y violaba a la mujer. También amenazaba con matar a los internos para que sus esposas o novias acepten estar con él a cambio de “dejarlos tranquilos”.

Pugnas de poder o venganza por abusos

La investigación ya identificó a los presuntos responsables de la matanza. La Policía pidió la reserva de la lista de sospechosos, para no entorpecer las pesquisas.

La hipótesis más fuerte, sobre lo ocurrido en El Abra, es la toma del poder de los delegados. Sin embargo, otra vertiente que se investiga es la venganza por los abusos cometidos. Uno de los internos dijo que los implicados planificaron la matanza porque la pareja de uno de ellos (dieron el nombre de ella) había sido dopada y violada por El Tancara. La joven aludida desmintió esa versión y dijo que El Iván, Jason y otros lo hicieron todo por plata. “Ojalá le duré su mina de oro”, les dijo a través de la televisión.

HERIDOS, A SU SUERTE

Los 11 heridos que dejó el salvaje ataque fueron auxiliados en el hospital Viedma, con el que Régimen Penitenciario tiene un convenio para pagar las atenciones a reclusos, cada seis meses. Severino Galarza Gómez (46) fue internado con un balazo que le causó una herida leve en el pecho y fue dado de alta de inmediato, Félix Ramos Condori (46), apuñalado en el abdomen, Ariel Marza Choque (29) sufrió dos disparos en el antebrazo derecho que le causaron una fractura expuesta de cúbito y otra en el hombro izquierdo, Gonzalo Pereira Cataca (36) que fue apuñalado en lado izquierdo de la espalda y sufrió golpes en la cabeza y policontusiones.

Lindomar Bejarano Durán (30) recibió un disparo en el muslo derecho y fue dado de alta a los dos días, con la bala en la pierna. Los médicos le dijeron que podía vivir con el proyectil en el muslo y que la lesión era inoperable. En El Abra, después de cuatro días de fiebre y dolor se le formó un absceso y tuvo que ser trasladado de emergencia a Prosalud. Allí, la lesión “inoperable” fue intervenida para salvarle la pierna y su familia tuvo que pagar todos los costos recurriendo a préstamos.

Los otros heridos, Rolando Vargas Fernández (38) que fue apuñalado por la espalda, Roberto Chávez Calvimontes (30) que tiene una herida de bala en el muslo derecho y Johnny Villarroel (24) que perdió un pulmón, un riñón y quedó parapléjico, también están lidiando con la falta de medicamentos en el Viedma y tienen que pagar los exámenes complementarios, tornillos y placas metálicas. “Todos ellos son víctimas. Los encapuchados y El Lucifer les dispararon para escapar, no hubo una pelea, Régimen Penitenciario y el Ministerio de Gobierno deberían ayudarnos a pagar todo, porque no había seguridad en el penal, pero no están cumpliendo con su responsabilidad”, denunciaron llorando los familiares.

¿Quién manda en El Abra? El poder de la mafia delegada

Hace unos meses, de un grito, el delegado Édgar Ariel Tancara, alias El Tancara, le recordó a un policía de El Abra: “Ustedes mandan de la reja para afuera y nosotros mandamos adentro”. El policía había intentado evitar que una visita ingrese fuera del horario establecido, pero tuvo que incumplir su deber porque la verdad es que, quien manda en el penal, es el delegado general y su séquito.

En Bolivia existen 59 centros penitenciarios, pero los reclusos más peligrosos del país son encerrados en 7 de ellos. El Abra es considerado el penal de máxima seguridad en Cochabamba y está emplazado en 5 hectáreas de un terreno situado en el kilómetro 4.5 de la carretera a Sacaba, en una zona que lleva su mismo nombre.

El 30 de abril de 2013, el penal de El Abra contaba con 561 reclusos, de los cuales solo 132 habían sido sentenciados y 446 eran detenidos preventivos. En esa población había 52 extranjeros y 6 niños, hijos de internos, según datos del libro Realidad Carcelaria, del exdirector nacional de Régimen Penitenciario Tomás Molina.

El penal, según constató OPINIÓN en diferentes visitas, cuenta con muchas áreas, algunas de ellas son una verdadera sorpresa para quienes creen que una cárcel no debería convertirse en un complejo vacacional. Existen los bloques de celdas y habitaciones, canchas de fútbol, de fulbito, de básquet, talleres de carpintería, cerrajería, un sector para visitas conyugales, una capilla católica y una iglesia evangélica.

Sin embargo, la infraestructura también cuenta con una piscina donde caben 200 mil litros de agua, un sauna, billar, antenas satelitales, televisores plasma, conexiones de internet. En la gestión de la exdirectora de Régimen Penitenciario Jacqueline Rivera el uso de la piscina fue prohibido debido a la falta de agua en la zona y al gasto excesivo en el mantenimiento y arreglos de la bomba. Pese a que ella se había negado a autorizar la construcción de un sauna, los internos lo edificaron con el apoyo de otras autoridades.

LO INSÓLITO

Aunque parezca increíble, el delegado general Ariel Tancara tenía su oficina dentro del penal. En ese ambiente, más absurdo todavía, están instaladas las cuchillas que controlan la energía eléctrica y el agua de la cárcel. Desde allí fueron apagadas las luces la noche del 14 de septiembre, en plena fiesta bailable, en la que fueron asesinadas 5 personas, 4 reclusos y 1 bebé en gestación, y también resultaron heridos 9 internos y 2 mujeres que estaban de visita.

La estructura de poder en este penal está conformada por 20 delegados de diferentes áreas (disciplina, educación, salud, deportes y otras) que tienen misiones específicas. Los más temidos son los delegados de disciplina que acompañan al delegado general en todo. En la teoría, los delegados de disciplina son quienes controlan el buen comportamiento de los internos, dentro del penal, imponiendo normas de conducta para velar por la armonía y verificando que todos las cumplan.

La realidad, empero, era muy diferente. En El Abra siempre hubo corrupción, admiten los internos, pero en la gestión de Ariel Tancara se había instaurado, además, un régimen del terror y dictatorial destinado a garantizar la acumulación de riqueza, de privilegios y lujos en favor de una élite de delegados y de autoridades, a costa de la extorsión, de la humillación y de la vejación de todos los derechos humanos del resto de los internos.

En el penal de El Abra se practicaba la tortura para obligar a los internos a pagar por todo. Por respirar, para no ser violados, por una celda, por tener acceso a celular, internet, por recibir visitas, por utilizar las habitaciones conyugales, por el ingreso de cualquier material de trabajo, etc. Los reos que cumplen con los pagos no tienen mayores problemas, pero quienes no tienen dinero o bienes que entregar, a los delegados, están perdidos.

Las torturas son variadas. Todos los reclusos nuevos reciben una golpiza al llegar, propinada por los delegados de disciplina, para que sepan quiénes mandan allí. Los montos de dinero a pagar por concepto de derecho de piso, de vida o a no ser violado, dependían de la condición económica del recluso o del delito que cometió. El Tancara era “el juez” que definía cuánto “costaba” el delito cometido por el interno y el precio de “su vida”. Cuando los internos no conseguían pagar el “derecho” a no ser violados, el de vida o el derecho de piso, El Tancara mandaba a que les den brutales golpizas, a empujarlos de cabeza a la piscina sin agua, para que se rompan los huesos, a dormir con los pies sumergidos en lavandina. Un sector de El Abra, está destinado a la crianza “autorizada” de perros “de raza” para que la venta de crías les reporte más ingresos a los delegados. El Tancara criaba perros pitbull que utilizaba para atacar a los reclusos que no pagaban los montos exigidos. En diferentes oportunidades, al hospital Viedma fueron evacuados varios internos con costillas, rodillas, narices, mandíbulas y otros huesos rotos. El informe oficial siempre señalaba que hubo una pelea interna. Pero no eran peleas, eran golpizas infligidas por una mafia que se enriquecía a costa del dolor. Los familiares de los internos nuevos confesaron que el terror que sentían sus seres queridos era tan grande, que ellos se veían obligados a tramitar préstamos de dinero para poder cubrir todas las exigencias económicas de la mafia delegada. Mientras los pagos no se efectivizaban, un delegado seguía al interno nuevo a todo lugar. No permitían que hable a solas con sus familiares ni que hiciera llamadas telefónicas. Las cabinas públicas estaban instaladas, antes, en el sector de la malla olímpica, pero por orden de los delegados fueron reinstaladas dentro de la población penitenciaria, para poder controlar las conversaciones e impedir denuncias.

“No me dejaban hablar, ellos discaban a mi familia y solo me permitían decirles que vengan a verme. Cuando un pariente me visitó, le llevaron a la oficina de El Tancara para decirle que debía pagar 3 mil dólares para que no me pase nada, pero no me dejaron hablar a mí”. Además, este grupo administraba, dentro de El Abra, los negociados de la venta de alcohol, de drogas, prostitución, etc.

Varias autoridades se han pronunciado sobre el deficiente sistema carcelario boliviano y han coincidido en que el “autogobierno” de los reclusos ha fomentado la creación de una mafia dedicada a la extorsión, a las vejaciones y violaciones a los derechos humanos que ya son un escándalo internacional.

Fiestas en El Abra, derroche al estilo de los narcotraficantes

¿Cómo son las fiestas de los narcotraficantes en cualquier parte del mundo? Por todo lo que se ha escrito y visto, a través de los medios de comunicación, estos festejos se caracterizan por una ostentación de poder y un derroche de riqueza para agasajar a los amigos e impresionar a los enemigos.

Lo mismo ocurría dentro del penal de El Abra. El capo y su séquito organizaban todo de manera que los invitados sean muy bien agasajados y sus enemigos sepan quién manda en el lugar.

La fiesta de Urcupiña, supuestamente católica y religiosa, fue utilizada por la mafia delegada durante varios años, para demostrar su poder y su riqueza. Éste es el testimonio de un músico que tocó en la fiesta de 2013, que vale la pena ser leído in extenso:

"El año pasado fuimos con mi grupo a tocar en El Abra, justamente para esta fecha y evento de Urcupiña. Fui testigo de muchas atrocidades. Primero, el ingreso es difícil pero no tanto por los policías, sino por los reos, quienes en una segunda garita son los que reciben lo que pasa por la de los policías. Los guardias simulan que revisan, pero solamente nos ingresan a gabinetes para aparentar un control.

Una vez que ingresamos, adentro, vimos que los bailarines danzaban con una amplificación.

Nosotros y otra orquesta tocamos después y me sorprendió el equipo de sonido que nos dieron. Nosotros pedimos lo básico, tratándose de un penal, pero allí tenían un equipo de sonido impresionante. La música se escuchaba a varias cuadras a la redonda.

Mientras tocábamos casi al finalizar la tarde, vi que el alcohol era lo que más abundaba y no solo en cantidad sino también en calidad. Habían botellas de ron Abuelo de las grandes, pata de elefante, whisky Johnnie Walker, vodka, lo que a cualquiera se le antojara. Ariel Tancara me pidió, en persona, que le dedique todas las canciones a él, pues me repitió que era quien mandaba en el penal y me advirtió que si yo hacía eso, podía contar con todo su apoyo, tanto dentro del penal como afuera.

Mientras me hablaba miré a su alrededor y me di cuenta que realmente era el mandamás. Había una especie de mesa principal donde estaban él y sus delegados más cercanos.

Sobre esa mesa había armas de fuego de grueso calibre (escopetas, metralletas automáticas, pistolas medianas) a la vista de todos. Los policías no decían ni pío.

El Pilas y El Tovar estaban a su lado y eran quienes distribuían el trago y los sobres de droga a algunos reclusos que venían de manera directa a pedirles ‘su comisión’. Conforme avanzaba la noche El Tancara me prestó su celular para que llame a mi esposa y le diga que me iba a quedar hasta más tarde. ‘Dile que yo te estoy ordenando que te quedes’, me dijo. Yo fingí que llamaba. Mientras tanto, escuché cómo ellos dominaban a los internos. Hablaron de un nuevo reo que acababa de entrar en el penal.

El Tancara les ordenó al Pilas y al Tovar: "De una sáquenle 5 mil, esas mier... que él ha hecho cuestan caro aquí y por si no amolla métanlo con el (un apodo) para que le haga un moldecito (abuso sexual)".

También escuché decir que un cabo de Policía tenía que darle un informe de lo recaudado de las entradas y les ordenó que lo que sobre del dinero, se lo den como regalito al cabo. Me dio miedo y quise escabullirme, pero El Tancara se dio la vuelta y me invitó a conocer la cárcel. Designó a otro para que me acompañe. Él también estaba armado, pero con un arma pequeña. Fui por curiosidad y a los que preguntaban quién era yo, mi guía les decía que yo era protegido de El Tancara, integrante de una orquesta.

Una vez dentro de las celdas, que están en la parte inferior donde se encuentra un café y un billar, vi televisores plasma grandes, de 36 y 52 pulgadas. Existen más de 30 antenas satelitales en los techos. Pasamos por unas celdas cerradas y se oía gritar a mujeres adentro. Parecía que habían orgías ahí. Los otros reclusos que controlaban los pasillos también tenían armas pequeñas.

Después volvimos al patio. El Tancara estaba en el escenario y por micrófono comenzó a insultar a otros reos diciendo que nunca lo iban a mover de donde estaba. Dio un par de disparos al aire con la pistola que el traía, su gente hizo lo mismo desde donde se encontraba.

Entonces vinieron policías y le dijeron algo a El Pilas que se acercó a El Tancara y quiso calmarlo, pero estaba muy borracho y nos insultó a todos, incluidos a los grupos musicales. La gente que lo cuidaba nos ordenó que nos vayamos rápido. El nivel de tensión que se vivía ahí era terrible", confiesa el músico que pidió la reserva de su identidad.

EXTORSIONES

Varias mujeres, entre ellas madres, esposas e hijas de internos denunciaron que las fiestas son otra forma de extorsión. Tancara les obligaba a alquilar trajes folclóricos por 150 bolivianos y, además, a dar una cuota para las bebidas, comida de los invitados, los grupos musicales. “Cada fiesta nos cuesta entre 300 a 500 bolivianos, nos tenemos que prestar dinero. A los castigados les hacen vestirse de mujeres con tangas, les humillan, todo es plata”, contó Dalia (nombre cambiado).

La ley no prevé fiestas y el Defensor pide su prohibición por peligrosas

¿Cuál es el objetivo de una cárcel en cualquier parte del mundo? Corregir, rehabilitar y restaurar a las personas que cometieron delitos para que cuando salgan en libertad puedan empezar una nueva vida. Para ello, los internos deberían estudiar, trabajar, tener espacios de reflexión, orientación, de crecimiento cultural y espiritual.

La Ley de Ejecución Penal 2298 prevé que los reclusos tengan acceso a programas de educación complementados con actividades culturales, deportivas y de recreación y artísticas fomentadas por la administración penitenciaria.

Pero, ¿qué se entiende por actividades de recreación y artísticas? Con seguridad, y aplicando el sentido común, no se refiere a fiestas donde corren el alcohol, las drogas de todo tipo y donde se colocan las armas sobre la mesa, para ostentar el poder.

Tampoco hacen referencia a eventos organizados para seguir extorsionando a los internos que deben costear los trajes, la comida, las bebidas, los afiches, y la contratación de mariachis, orquestas, amplificación y otros grupos musicales de moda.

PIDEN PROHIBICIÓN

El representante departamental del Defensor del Pueblo, Andrés Cuevas, pidió públicamente que este tipo de fiestas sea prohibido por el Consejo Penitenciario, tomando en cuenta que al margen de las extorsiones que generan, son peligrosas por varios factores como la falta de seguridad policial, de control en el ingreso de armas, alcohol y drogas, la ausencia de cámaras que funcionen, además del riesgo que significa para los visitantes ser víctimas de ataques entre los internos, tal y como ocurrió el domingo 14 de septiembre, cuando dos mujeres resultaron gravemente heridas y un bebé en gestación fue asesinado.

Las actividades culturales destinadas a reflexionar, recrear y orientar a los reclusos deben tener otro enfoque que debe ser discutido por todos los miembros del Consejo Penitenciario para garantizar la rehabilitación, no la corrupción.


Lucifer: “Ni la muerte me puede parar y si viene es bienvenida”

Un mes y medio antes de la tragedia de El Abra, Sergio Arze Araníbar, alias El Lucifer, grabó un rap que ya está en Youtube. Su tema, Prendan Blones, cuenta parte de su vida y es un desafío a la muerte. Un desafío que Arze perdió el 14 de septiembre, cuando un grupo de reclusos del penal lo linchó, luego de acusarlo de ser uno de los sicarios que mató al exdelegado general Ariel Tancara.

El video del rap www.youtube.com/watch?v=H1HMgnW9K7k fue subido el 30 de julio al internet. “Una parte del rap dice textualmente: “A mí no me para nadie, ni la muerte, que se muere ella primero… Si la muerte me sorprende que sea bienvenida, que ataque duro y siempre lucharé por mi vida, no es fácil que venga y que avance sin querer dejarme chance, yo no muero, hice un pacto con papá y fui sincero, mostrarme la salida, si salía yo del hierro, me cuida desde arriba, me levanta de mil caídas, dice, siga al frente, la música es tu única arma fuerte, no voy a detenerme, hasta que estés parqueao con vida, pasión por la familia, gente que maldecía, pronto cogerán envidia porque yo cambié la mía, hice todo lo que quería. Sigo, sueno exclusivo, el más crudo y agresivo, cojo el reflejo al espejo y yo mismo me envidio al saber que pa sufrir y triunfar yo he nacido”.

Sergio Arze creció viendo a su padre ejercer violencia física y psicológica sobre su madre. Incluso con un arma de fuego. Su familia se disolvió y él se fue con su madre a Estados Unidos, a los 11 años. Allí, ella rehízo su vida y le dio otros hermanos, pero Sergio no superó la violencia vivida y buscó identidad en la calle, en el rap, en la pandilla Mara Salvatrucha 13. Se volvió duro, “crudo y loco”, como él mismo se definía en sus composiciones. “Sueno fuerte porque todo lo que escribo lo he vivido y es real… llegó el más crudo, el hijo de p… el loco que la carga sin seguro”, se describe.

También habla del dinero y del encierro. “La razón principal por la que todo el mundo mata y arrebata la alegría, de la gente que un día, un sueño tenía y quería, sin pensar que por la plata yo pude perder la vida… y no me niego, también soy un fanático del dinero y de la fama, un guerrero que se vive la película, la calle me llama, me dicen vuelva aquí papi, meta, se le extraña, pero en mi mente están los recuerdos de telaraña, años gastados, perdidos en un nido del olvido, resentido con el mundo he aprendido que en el frío nadie te tiende esta ropa, solo te queda conservar la mente sana y choca que te juzguen porque fumes marihuana y la ropa que tú andas que está escandalosa, cosa que nada que ver, falta ver los corazones, son dueños de las traiciones, ni sueñes que te perdone… y el que quiera joder, en primera clase es el pasaje sin regreso en este viaje”.

En 2006, Sergio Arze fue deportado de los Estados Unidos porque fue sorprendido en un robo perpetrado con la pandilla MS13. Al llegar a Cochabamba se integró en el grupo Adictos Al Sexo (ADX) y su fama se hizo viral en los colegios, no solo por el tatuaje que cubría su pecho y un brazo, sino por su ferocidad. Los adolescentes lo admiraban como a un ídolo por sus “hazañas” en el asalto de tiendas, a transeúntes. Le disparó a un joven que se atrevió a mirar a su acompañante femenina.

El 20 de abril de 2008, Sergio Arze mató a dos personas en El Prado. En su intento de matar a dos rivales de otro grupo, conocidos como El Vikingo y El Rasco, Arze disparó desde la jardinera central de la avenida Ballivián y una de sus balas le arrebató la vida a la azafata Vanessa Vega que entraba en una discoteca con sus amigos. Jaime Pérez, el amigo de Lucifer, corrió a calmarlo para que no siguiera disparando, pero éste le dio dos tiros en el vientre y lo mató también.

Veinte años de cárcel fue la sentencia que Sergio Arze obtuvo el 20 de agosto de 2009 por el doble crimen. Ingresó a la cárcel de San Antonio donde sufrió una fractura en la pierna y el tobillo tras pelear, supuestamente, por el poder dentro del penal. El dijo que se había caído.

Fuentes de Inteligencia advirtieron que integrantes de la pandilla de El Lucifer planeaban ayudarlo a huir de San Antonio luego de robar un vehículo. Internos de San Antonio se amotinaron y denunciaron que eran extorsionados por varios reclusos entre los que identificaron a Arze. El Lucifer fue trasladado a El Abra. Contrario al poder establecido, se hizo tatuar una frase en la espalda: Fuck da Police (que se joda la Policía). Según algunos internos, era afín al grupo de Ariel Tancara y ayudaba a controlar el ingreso de visitas. Algunos reos lo describieron como un hombre abusivo y soberbio. De una primera relación sentimental tuvo dos niñas, hoy de 5 y 3 años. Después comenzó a enamorar con una joven que lo visitó asiduamente en el penal. Con ella tuvo un hijo varón que debe tener algo más de un año y que físicamente es idéntico a su papá.

Lucifer abrió una cuenta en Facebook como Sergio Arze, pero, en 2010, después que se hizo público su acceso a internet desde la cárcel, dejó de alimentarlo. En enero de 2011 abrió otra cuenta de Facebook con un seudónimo que este diario no revela para proteger las identidades de su pareja y su hijo, con los que aparece en varias fotografías.

Personas allegadas a Sergio Arze aseguran que hace un mes, él le pidió a su tía, que lo visitaba en el penal, que “si le pasaba algo dentro de El Abra, se encargue de proteger a su hijo”, como si se anticipara a lo que le iba a ocurrir.

Los internos creen que él fue uno de los seis encapuchados que, después de las diez de la noche, mató a El Tancara o al Pilas y le disparó a otros. Suponen que fue a cambiarse a su celda y volvió al patio donde los internos estaban reunidos preguntándose quiénes eran los sicarios. Lucifer trató de culpar a los reclusos chilenos, pero mientras hablaba, gesticulando, el canguro que vestía se levantó y quedó en evidencia un arma de fuego.

Los internos lo acusaron y Lucifer desenfundó el arma que tenía para empezar a disparar contra quienes avanzaban hacia él para desarmarlo. A Johnny Villarroel le dio varios tiros hasta dejarlo parapléjico. Los internos lo persiguieron mientras corría y Lucifer cayó a una cuneta en uno de los pasillos. Allí fue linchado brutalmente. Su cadáver tenía más de 60 cortes de cuchillo y de listones rotos a manera de punzones en la espalda y el pecho, como si los asesinos hubiesen querido destruir los tatuajes que se habían multiplicado y presumía dentro del penal. Fue golpeado con enormes piedras y ladrillos en la cabeza. “El Lucifer se murió en su propio infierno”, mencionaron los reclusos durante un motín posterior. Pero Sergio Arze no murió, lo mataron. Su madre llegó de Estados Unidos y después de las pericias forenses de rigor, cremó los restos del rapero y se los llevó al país del norte, de donde había sido expulsado.


El Tancara, un expolicía que se convirtió en el gánster de la Llajta

Era solo un niño de ocho años cuando cometió su primer delito. Hurtó una bicicleta de su colegio y, según el relato de una mujer que vivió unos años con él, sintió un gran remordimiento cuando en la unidad educativa se armó un gran problema, por lo que confesó su falta y devolvió la bicicleta. Su familia lo consideró “una travesura”.

La mujer contó que Édgar Ariel Tancara Sandagorda creció con muchas carencias y frustraciones por la ausencia emocional de su madre y la falta de recursos. “Él siempre lloraba porque a las horas cívicas de su escuela su madre nunca llegaba a verlo actuar, bailar o recitar”. A los 21 años se convirtió en padre y sus necesidades se multiplicaron. Quiso ser policía y en 1997 lo logró, pero no duró mucho en la institución verde olivo porque fue dado de baja, tras cometer irregularidades. Los policías que trabajaban entonces recuerdan que Tancara estuvo en una unidad de investigación, la ex Policía Técnica Judicial (PTJ). Fue chofer y solía golpear a los delincuentes con excesiva violencia. En ese período hizo “amigos” entre jefes, oficiales y policías. Incluso fue el padrino (tambo) de algunos de ellos.

Al salir de la institución trabajó en una línea de trufis y también como taxista, pero según un pariente su hijo se enfermó y “volvió a la delincuencia”.

Primero fue autero. Comenzó robando accesorios e hizo amistad con otros auteros como El Pecas, Los Senas. Después, El Tancara se convirtió en monrrero y su amigo incondicional, desde la adolescencia, fue Iván Castro Gamboa. Con él formó una banda e integraron a Óscar Padilla Cáceres El Oscarín y al Lunarejo, según fuentes de Inteligencia.

Armado, El Tancara también cometió atracos. Acumuló 22 denuncias por robos agravados a librecambistas, tentativas de homicidios, el secuestro de un niño de 12 años, el robo de 102.000 bolivianos de una caja del Banco Ganadero en la Udabol y la quema de un guardia en una empresa de helados.

Las mismas fuentes describieron que antes de que fuera aprehendido, existían informes sobre su participación en el volteo de droga y dinero de narcotraficantes entrando en sus casas. También se rumoreaba que un jefe policial le había provisto de una radio handy de Radiopatrullas para que pueda salir a robar “con tranquilidad”. Con el mismo jefe hacían volteos en la zona de Aguirre.

Fue dueño de una línea de radiotaxis hasta que las denuncias de atracos a los pasajeros aumentaron y la Fiscalía empezó a investigar su propiedad. El 6 de mayo de 2006 fue detenido en El Alto en un alojamiento frente a la entidad financiera Prodem, en posesión de visores de largo alcance, armas avanzadas y con proyectiles que estallan dentro del cuerpo humano. Por la cantidad de delitos cometidos en Cochabamba fue trasladado a El Abra. En ese tiempo, el delegado del penal El Abra era Ronald Alcaraz, un hombre que era cinta negra en artes marciales y que estaba recluido por el asesinato de la niña Kelly Herbas.

Alcaraz, como delegado, administraba todos los ingresos económicos de esta cárcel, que eran cuantiosos. El Tancara quiso convertirse en el nuevo administrador de los recursos de El Abra. Tentó con dinero a David Huanca, la mano derecha de Alcaraz y lo convenció de dopar al delegado dándole un mate.

El 24 de diciembre de 2007, cuando Alcaraz volvió de comprar juguetes para los hijos de los reclusos, su hombre de confianza le ofreció el mate y éste se acostó en su cuarto, dopado. Entonces, según los mismos internos, Edgar Ariel Tancara, Richard Cáceres y Jason, El Bicho, entraron en la habitación y asesinaron a Ronald Alcaraz a golpes y con varias puñaladas. En 2008, Tancara gozó de libertad por poco tiempo gracias a un recurso.

El 22 de noviembre de 2009 fue detenido por robo, tentativa de asesinato y volvió a El Abra con una sentencia de 5 años de cárcel por un robo agravado que cometió en 2002. Y allí consolidó su imagen de gánster. Se autoproclamó delegado general del penal y escogió, entre los más cercanos a él, a otros delegados de diversas áreas.

El Tancara salía del penal cuando quería, acompañado de sus custodios, para consumir bebidas y delinquir en provincias y zonas residenciales de la ciudad, según informes de Inteligencia. En dos ocasiones fue sorprendido in fraganti. La primera fue en 2011 y la segunda el 25 de mayo de 2014. En todas las oportunidades, sus permisos están firmados por la jueza de Ejecución Penal Yolanda Ramírez.

El Tancara andaba en el penal armado, al igual que sus guardaespaldas, El Pilas y El Tovar. Su crueldad era temida dentro y fuera del penal. Se esforzaba en mantener, delante de las cámaras de televisión, la imagen de que El Abra era un recinto modelo. Por eso, cuando un abogado denunció que su cliente había sido vejado sexualmente, ante un canal de televisión, por no haber pagado un soborno, El Tancara, vía telefónica, amenazó de muerte al defensor “por hablar mal de El Abra” y a la periodista le advirtió “que cuide a su familia”.

Al día siguiente de la amenaza verbal, El Tancara le envió a la periodista, en un radiotaxi, la fotografía de la hija de ella, con el fin de intimidarla. El diccionario define a un gánster como un criminal de carrera, que se convierte, casi invariablemente, en miembro de una organización criminal violenta y persistente. Los gánsteres, también llamados matones, están especializados en la extorsión, la intimidación y el soborno, para mantener influencia sobre la gente a la que dirige. También intentan manipular las decisiones de instituciones civiles, como procesos legales o elecciones de autoridades. Decenas de ciudadanos que sufrieron el robo de sus vehículos, aconsejados por otras personas, fueron a El Abra para pedirle a El Tancara que “les ayude” a recuperarlos. Él lo hacía a cambio de un monto de dinero en dólares.

Tancara inventó una serie de torturas para mantener a los internos de El Abra a su servicio. Los extorsionó, los intimidó, los corrompió, humilló y vejó hasta convertirlos en “sus perros”. Las historias de torturas son escalofriantes y muchas de ellas fueron conocidas por el exdirector de Régimen Penitenciario, por el exgobernador de la cárcel y por jueces en las audiencias. Todos se hicieron de la vista gorda, respaldando así el poder del gánster.

Según los internos, El Tancara tenía múltiples bienes, producto de las extorsiones y robos. Durante el motín, los reos dijeron que se jactaba de que su fortuna superaba el millón de dólares y recién se había comprado una mansión en Sacaba. Tenía “palacios” y lotes en la zona sur, vehículos y le compraba motos de carrera carísimas a uno de sus dos hijos. Como expolicía, cuidó sus pasos y los depósitos bancarios de las extorsiones no estaban a su nombre sino al de dos mujeres, Norma Valda y Rosa García y del pariente de uno de sus hombres de confianza, Josué Tovar.

La noche del 14 de septiembre, Tancara bailaba en el patio de El Abra con su pareja Romina, cuando unos encapuchados le dieron tres tiros. Otro le cortó la garganta y varios reclusos le clavaron alfileres y llaves en las heridas. Luego le llenaron de galletas la boca. “Era una forma de decirle: seguí comiendo hambriento, porque su ambición era muy grande”, cuenta un testigo.

Según la mujer que convivió con él, Tancara fue asesinado por su amigo de infancia Iván Castro y por Jason Angulo. “Tuvieron un problema, a una chica la habían dopado y violado, Ariel se enojó por eso, porque odiaba a los violadores”. Sin embargo, una de las torturas que El Tancara ordenaba contra quienes no querían, o no podían, pagar todos los sobornos impuestos, era la violencia sexual.

Otras versiones aseguran que los asesinos fueron El Lucifer y El Joel. Lo cierto es que en El Abra, nadie lloró por la partida del gánster.

Sunday, June 15, 2014

Guía para reclamar bienes que fueron robados y recuperados

Uno de los errores frecuentes que cometen las personas que son víctimas de robos es no presentar una denuncia ante la Policía y el Ministerio Público, para dejar un registro de sus bienes perdidos.

Esta situación puede ocasionar problemas a futuro, cuando la persona quiera recuperar sus bienes, en caso de que la Policía logre identificar y recuperar los objetos robados.

Para evitar estos inconvenientes, las víctimas de robo deben presentar siempre las denuncias ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, (FELCC). En caso de que esta repartición realice operativos o allanamientos y encuentre objetos robados, los policías se ponen en contacto con los afectados para que éstos reconozcan sus pertenencias.

Ése es el primer paso para recuperar los objetos robados, pero lo más importante es contar con una factura o recibo que respalde la compra del producto.

Si los ladrones ingresaron en su casa o negocio y la Policía encuentra sus pertenencias, el afectado deberá presentar algún documento que respalde el derecho propietario de ese bien, indicó el director de la FELCC, coronel Marco Gutiérrez.

En muy pocos casos la autoridad jurisdiccional entregó pertenencias con el respaldo de fotografías u otro tipo de documentos que demostraban el derecho propietario.

Por ello, Gutiérrez recomendó a toda la población contar siempre con una fotocopia de la factura o del recibo de algún bien de valor que pueda ser objeto de robo y guardar esta documentación en lugares seguros.

“Hay que reconocer que tenemos un mercado muy informal de bienes que son importantes y, en algunos casos, ni siquiera se emiten facturas o recibos, pero eso hace que la gente no tenga un documento para recuperar sus bienes”, acotó.

Otras personas compran objetos de valor, como computadoras o celulares, de amigos o conocidos, los cuales tampoco les otorgan ninguna factura.

Gutiérrez señaló que aunque no exista denuncia, por parte de la víctima, lo más importante es presentar algún documento que acredite el derecho propietario.

Para que la Policía pueda hacer la devolución de los bienes, un juez debe instruir la autorización.

Este trámite puede durar días, semanas o meses, mientras el propietario presente la documentación que se le solicita.

No existen plazos para que la Policía devuelva los bienes. Éstos deben ser guardados o custodiados en los depósitos mientras los dueños aparezcan.

Al momento de recibir su bien, el propietario firma un acta de recepción, por si aparece una segunda persona reclamando el mismo objeto.

BUENA FE

Gutiérrez señaló que en el caso de la devolución de los bienes se cree en la buena fe de la gente.

Más allá de demostrar el derecho propietario, existen objetos como las garrafas que en muchos casos no cuentan con un documento que respalde un código único, ya que este objeto es intercambiado constantemente.

Sin embargo, la Policía hace la entrega de estos bienes a las personas que presentan factura de una compra, creyendo así en la buena fe de la gente.

INSTITUCIONES

Aunque no existen plazos para la devolución de los artículos recuperados, si los hogares de niños o asilos requieren de bienes como computadoras o televisores puede tramitar su donación mediante un juez.

El fiscal de Distrito, Freddy Torrico, señaló que se otorgan los bienes como una especie de custodia, ya que si aparecen los dueños los artículos deben ser devueltos.

Víctima de robo vivió un calvario por falta de facturas

Cuando solo faltaban seis días para que el fotógrafo Carlos (nombre ficticio) asistiera a dos eventos sociales para realizar un trabajo, delincuentes ingresaron en su casa y robaron una cámara fotográfica valuada en 2.500 dólares, además de un refrigerador, dos laptops, dinero y garrafas.

Este hecho ocurrió un sábado por la tarde, en abril. Los delincuentes aprovecharon que la familia se había ausentado del domicilio situado en el barrio Sausalito, a la altura del kilómetro 6 de la avenida Blanco Galindo.

Al retornar a la vivienda, la familia quedó desconcertada por el robo, pero su mayor preocupación era recuperar el instrumento de trabajo, la cámara fotográfica.

Dos días después, el lunes, Carlos comenzó a buscar una cámara para reemplazar a la que le había sido robada.

Se le ocurrió publicar en la página “Barrio Chino”, de Facebook, la necesidad que tenía por conseguir una cámara, y en un par de horas un hombre se contactó por teléfono para decirle que tenía un equipo con las características que requería.

Acordaron encontrarse al día siguiente en una oficina. Y mientras Carlos estaba fuera, su hermano recibió a las personas interesadas en vender la cámara fotográfica.

El equipo que le ofrecieron era el mismo que le habían robado dos días antes, incluso tenía el mismo estuche. Al reconocer la cámara fotográfica, el hermano decidió llamar a la Policía y a Carlos para que detuvieran a estas personas.

“Recibí la llamada y de inmediato fui a la Unidad Táctica de Operaciones Policiales y llevé a dos policías a la oficina. Eran dos hombres y una mujer los que estaban en poder de la cámara, pero solamente uno fue detenido, los otros dos escaparon”, relató.

La víctima de este robo dijo que las personas que visitaron su oficina habían dejado en el estante una mochila que contenía armas blancas, cables y celulares.

Al percatarse de esta situación decidió hacer la entrega de la mochila a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Quillacollo, en caso de que las personas afectadas decidieran reclamar por sus pertenencias.

“Lo que no se percataron los policías es que escuchamos como se repartieron todo lo que había dentro del bolso, pues la luz estaba apagada (del cuarto donde aguardaban)”, señaló la víctima del robo.

Consultado sobre este tema, el director de la FELCC de Quillacollo, Yuri Tapia, informó que ingresó a la unidad justo en esos días y tuvo conocimiento del caso días después.

Sin embargo, señaló que la víctima no hizo una denuncia formal de este hecho, por lo que están a la espera de los descargos para iniciar la investigación correspondiente.

ALLANAMIENTOS

Al día siguiente de la detención del delincuente, la Policía realizó allanamientos a los domicilios donde los antisociales guardaban las cosas robadas. El primero se realizó en una casa cerca del parque Kanata, donde los agentes encontraron una de las laptops y el refrigerador de Carlos.

De esta vivienda se recuperaron, además, un refrigerador y una lavadora.

Carlos se mostró preocupado porque “estos objetos no fueron mostrados a los medios de comunicación para que la gente que hubiera podido ser víctima de algún robo los reconozca”.

En su caso, él tuvo que pagar el transporte para trasladar sus pertenencias hasta la Policía y se haga la devolución.

En un segundo allanamiento se recuperó un televisor de 42 pulgadas, una lavadora y una bicicleta.

Carlos relató que en ambos allanamientos se detuvieron a dos personas más, pero actualmente las tres están libres, debido a que fueron liberadas tras ocho horas de encierro.

Según la víctima, los detenidos indicaron que habían comprado las cosas robadas a otras personas y por eso fueron liberados.

BUROCRACIA

Carlos denunció que sufrió para recuperar su cámara, por los trámites burocráticos que debió hacer.

Explicó que el juez que se hizo cargo del caso le exigió que presentara una factura de la compra, pese a que él le había explicado que lo adquirió de la tiende virtual de Ebay y que no tenía recibo.

Sin embargo, contaba con la caja del equipo que tenía los códigos que coincidían con la cámara, pero tampoco se hizo la devolución.

“Tuve que denunciar el caso a los medios de comunicación para ver si las autoridades reaccionaban. Solo así logré recuperar mi cámara”, manifestó.

Añadió que uno de los policías vio la nota en la televisión y pidió que se le devolviera los equipos.

En 2014 se perpetraron 216 robos y la mayoría en fin de semana

La puerta principal forzada y todas sus pertenencias desordenadas. Este es el panorama que encontró Marcela (nombre ficticio) al retornar a su hogar, a las 17:00 horas de un domingo.

Minutos antes, una banda de monrreros, compuesta por al menos tres personas, habían ingresado en la casa, llevándose dinero y joyas.

“Se robaron todo el dinero que era para las pensiones del colegio de mis hijos y algo de lo que tenía ahorrado para pagar unas deudas. (Los ladrones) buscaron muchas más cosas de valor y volcaron toda la casa”, manifestó Marcela.

La víctima de este hecho dio a conocer el robo a la Policía, sin embargo, está convencida de que no recuperará ni el dinero ni sus joyas, debido a que son bienes que fácilmente pueden ser utilizados por los delincuentes.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Marco Gutiérrez, informó que en lo que va del año son 216 los robos perpetrados en el Cercado.

Durante el mes de abril se registró la mayor cantidad de casos, 55 en total. Entre ellos están los robos agravados, en los cuales se utiliza algún tipo de arma o violencia para intimidar a las víctimas.

Aunque los robos de celulares son los más frecuentes y se presentan al menos tres casos de manera semanal, el accionar de las bandas de monrreros también preocupa a la Policía.

Gutiérrez indicó que la mayoría de los hechos cometidos por estos delincuentes se registra durante los fines de semana.

Los denominados monrreros aprovechan que las familias salen a realizar alguna actividad o paseo, los fines de semana, para cometer el robo.

“Por eso se tiene que tener mucho cuidado y no dejar las viviendas solas”, señaló.

Aconsejó a la gente colocar dobles chapas a las puertas de las viviendas o un candado muy seguro. Asimismo, recomendó no guardar dentro de las viviendas grandes cantidades de dinero o joyas.

El jefe policial manifestó que lo más difícil para la Policía es recuperar los dineros y las joyas porque son de fácil transporte y uso para las bandas delincuenciales. Estos bienes desaparecen en cuestión de horas aunque se haga la captura de los delincuentes.

“Con el dinero y las joyas las bandas pueden eludir el control policial fácilmente, pero cuando se trata de electrodomésticos es mucho más fácil de identificar el hecho porque nosotros estamos alertas cuando se transportan este tipo de cosas”, manifestó Gutiérrez.

Añadió que la Policía cuenta con planes estratégicos específicos para dar con las bandas delincuenciales.

Con este propósito se realizan operativos en lugares donde se revenden artículos robados o de dudosa procedencia como el denominado Barrio Chino.

LO QUE MÁS SE ROBA

Entre los artículos que la Policía incauta con más frecuencia de las bandas de monrreros están los televisores plasma, equipos de sonido, garrafas y computadoras portátiles.

Los celulares son equipos muy apetecidos por los delincuentes, por la facilidad para su comercialización y el alto valor económico que tienen.

LAS ARMAS

Entre los artículos que más se confiscan, además de los teléfonos celulares, están las armas como escopetas y pistolas.

El fiscal de Distrito, Freddy Torrico, señaló que cuando culmina un proceso judicial y se determina la culpabilidad de las personas involucradas en los hechos, tanto la Policía como las Fuerzas Armadas pueden pedir que se les entregue las armas recuperadas, si es que estas son útiles para el trabajo que realizan ambas instituciones.

Torrico señaló que ambas instituciones deben hacer un requerimiento y un trámite previo para beneficiarse con estos bienes.

Recomiendan el uso de seguros

La Policía pide a los propietarios de negocios o casas, que cuentan con objetos de valor y dinero, contratar los servicios de una aseguradora que realice la cobertura contra robos y accidentes.

El director de la FELCC, coronel Marco Gutiérrez, señaló que solo los bancos y algunas joyerías tienen el servicio que es necesario también en domicilios.

Policía interviene en flagrancia

Cuando la Policía interviene en un hecho de robo, en flagrancia, los objetos que son decomisados al delincuente entran bajo un inventario policial.

Posteriormente, se informa al fiscal asignado al caso sobre la cantidad de objetos que fueron recuperados y esta instancia realiza un registro e inventario de los mismos.

Tuesday, May 6, 2014

Anciana es estafada por 3 mujeres, le vendieron monedas de oro falsas

Una mujer de 65 años de edad fue estafada por tres mujeres, aparentemente de nacionalidad peruana. Le vendieron un total de 29 monedas de oro que terminaron siendo falsas. La mujer pagó 1.300 dólares, 5.000 pesos argentinos y 6.000 bolivianos.

El hecho ocurrió el sábado 3 de mayo pero recién la denuncia fue presentada el domingo 4 del presente mes. Aparentemente la víctima intentó cambiar las monedas en una joyería y le indicaron que eran falsas.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), mayor Hernán Gallardo, informó que las tres mujeres interceptaron a su víctima a las 11.30 en la calle Madrid, casi esquina Ingavi, y es ahí donde se realizó la cancelación.

“Es un caso del cuento del tío, lamentablemente con engaños lograron convencerle a la mujer—indicó –. Las delincuentes, al momento, están siendo buscadas por los investigadores”.

Modus operandi de las mujeres

Se conoce que una de las mujeres se acercó a la anciana preguntándole por un ingeniero y le indicó que tenía que venderle monedas de oro a bajo costo. Luego, la misma mujer le ofrece a la víctima las monedas y en ello se acercan dos mujeres más quienes se hacían pasar por personas que conocían de oro. Logran convencerla a la mujer y esta va hasta su domicilio a sacar el dinero para luego proceder a cancelar por las monedas.

Monday, April 21, 2014

Ingreso rápido, un modo para lucrar en el penal de Palmasola

Son las nueve de la mañana. Celeste, una muchacha delgada y de baja estatura, llega cansada hasta las puertas del penal de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz para visitar a su hermana, que se encuentra detenida hace medio año por traficar droga. Es la número 65 de la fila de mujeres que esperan para ingresar al recinto penitenciario a visitar a sus familiares.

Pero en la puerta principal de la cárcel hay otra fila pequeña, en la que sólo hay cuatro mujeres. Celeste se acerca y pregunta a una de ellas para qué es esa formación. Ni bien termina de preguntar, sale un policía y ordena: "Denme 50 bolivianos y entran cinco de golpe”.
Celeste agarra sus dos bolsas negras con víveres y algo de ropa y saca 10 bolivianos de su cartera para entregar a la primera de la fila, lo mismo hacen las otras.

Existen cinco filas para ingresar al penal de máxima seguridad de Palmasola, con una población que supera las 5.000 personas. La primera es de mujeres, ellas para ingresar deben pagar cinco bolivianos. Luego está la de mujeres embarazadas, con bebés en brazo y mujeres de la tercera edad, quienes también deben pagar cinco bolivianos.

La tercera, de "ingreso rápido”, se organiza en la puerta principal . Para ingresar por ahí se debe pagar 10 bolivianos.
Al otro extremo está la fila de los "carretilleros”, que se encargan de ingresar bolsas grandes. Dependiendo la cantidad, el tamaño y el artefacto, los efectivos hacen el cobro que oscila entre cinco y 20 bolivianos.
Por último está la fila de los varones, que también deben pagar cinco bolivianos.
En la fila de "ingreso rápido”, una de ellas comenta que el dinero recaudado se reparten entre 10 policías que están en la puerta principal. "Todo es plata, para meter un televisor he pagado a los pacos (policías) 50 bolivianos, un aire acondicionado por otros 50 bolivianos”, reclamó.
Celeste, luego de ingresar al penal, tuvo que hacer otra fila para que la registren y la requisen hasta las prendas íntimas. Luego de la revisión, se dirige al pabellón de mujeres, pero para ingresar debe pagar otros cinco bolivianos a los efectivos que custodian ese espacio de la cárcel.

Después de la matanza entre reos en agosto de 2013, el pago por las visitas fue anulado por el anterior director de Régimen Penitenciario Ramiro Llanos, pero tras su salida estos cobros se repusieron.
"Hemos logrado que la Policía no realice los cobros, no fue fácil, el personal que teníamos incidía para evitar esto”, indicó Llanos.


El exdefensor del Pueblo, ahora rector de la UMSA, Waldo Albarracín, señaló que la visita es un derecho que tiene toda persona y el pago es un hecho irregular, porque "no se trata de ingresar a un espectáculo, al cine, a un partido de fútbol o a una discoteca. No se puede pagar para ejercer un derecho que es la visita”.

El cobro por visita -según Albarracín- es una "extorsión disimulada”. El hecho de que te cobren por algo que es correcto es una extorsión y ese hecho debería ser corregido por las autoridades competentes.

Algunos datos
Población Se estima que en la cárcel de Palmasola hay unos 5.000 reos, que superan de lejos la capacidad de acogida que tiene ese penal.
Ingreso En días de visita, que son los jueves y domingo, ingresan aproximadamente más de 1.000 personas. Los otros días ingresan cerca de 300 personas.
Reconstrucción A más de ocho meses del enfrentamiento entre reos en el pabellón de máxima seguridad Chonchocorito, los internos comenzaron a reconstruir las celdas de esa sección.

Saturday, April 5, 2014

Ladrones usan líquido viscoso para asaltar en minibuses

El nuevo modo de operar que ahora utilizan los delincuentes es rociar un líquido viscoso sobre la prenda de su víctima, fingen ayudarla, pero la atacan inmediatamente para robarle sus pertenencias. El caso más reciente se registró en Alto Obrajes. La Policía no tiene el registro de los casos.
Una joven, de aproximadamente 20 años de edad, entró el anterior sábado a un minibús -que circulaba en la ruta 228, del sindicato La Paz- en la plaza de la Amistad, en Alto Obrajes, con dirección al centro urbano. Ella se ubicó en el asiento delantero.
Los vecinos contaron que durante el recorrido subieron dos muchachos, quienes se sentaron en la parte trasera; al llegar a los Puentes Trillizos, una mujer entró al motorizado. Ésta le dijo a la muchacha que su chompa estaba mojada e insistió en ayudarla, pero la joven se rehusó y de repente sintió que la asfixiaban con su propia chalina.
Fue entonces cuando los jóvenes de los asientos traseros gritaron: "Pásenla atrás”. La muchacha, según una vecina que habló con Página Siete, forcejeó con sus atracadores y se lanzó a la calle para salvarse. Sus agresores le quitaron el celular y escaparon.
Otros dos casos
Desde hace tres semanas, dos hechos similares se registraron en La Paz. En el primer caso, un joven que subió a un minibús en la avenida Arce fue víctima de delincuentes, quienes le mancharon con el líquido y al limpiarse fue despojado de su celular. Asimismo, una joven de 23 años también fue víctima de este tipo de malhechores en la avenida Montes, cuando tomó un minibús para ir a la zona Sur.
Según su relato, al sentir el líquido que cayó desde su cabeza hasta su espalda, ella atinó a no moverse, aunque dos hombres, sentados detrás de ella, le intentaban ayudar.
Pese a este nuevo modo de operar de los ladrones que las víctimas y vecinos contaron, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) no se registró denuncias de esta clase.
El director de la FELCC en la zona Sur, Adolfo Cárdenas y el director departamental Julio Mariscal declararon que no tienen conocimiento de ese modo de operar.
Los vecinos de Alto Obrajes creen que los delincuentes que intentaron estrangular a la joven de esa zona pertenecen a la ciudad de El Alto, pues la ruta del minibús 228 circula sólo de lunes a viernes y nunca los fines de semana.
La muchacha víctima del asalto en el motorizado se encuentra estable, aunque tiene lesiones alrededor del cuello.
Alarmados frente a este reciente atraco, los vecinos manifestaron su preocupación ante el incremento de delitos en la zona y anunciaron que, como medida de seguridad, cerrarán la zona y la volverán un condominio. "Habrá trancas para ver quién entra y quién sale”, dijo una vecina.


Uno de los casos que llamaron la atención es el robo en una vivienda particular, a la que los ladrones ingresaron encapuchados y con armas de fuego y encañonaron a sus víctimas para robar.

La seguridad
Modo El líquido que utilizan los delincuentes para verter en la ropa de sus víctimas no es dañino, según contaron.
Prevención La Policía recomienda que se evite subir a vehículos que estén vacíos, que tengan vidrios polarizados o cerrados, y a coches que tengan seguros automáticos.
Alerta Asimismo, la entidad del orden aconseja que una persona debe avisar a un familiar o amistad, a través del teléfono celular, las características del motorizado que tomó en caso de que haya sospechas.
Atención Cuando utilice un vehículo del servicio público hay que evitar distracciones como usar audífonos, celular, entre otros artefactos, según otra recomendación de la Policía Boliviana.

Tuesday, April 1, 2014

Esperan ampliar cargos en caso de la “chola bandida”

Luego de que se dictara la detención preventiva de una mujer de pollera, denominada “la chola bandida”, acusada de varios hechos de estafa, suman tres denuncias formales, 16 testimonios de otras víctimas y se calcula un daño económico de al menos un millón de bolivianos.

El coronel Edgar Téllez, director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), informó este lunes que luego del operativo de seguimiento y aprehensión realizado por un equipo de inteligencia, el Misterio Público dictó medidas cautelares en el Centro de Reclusión Femenina en Miraflores para la denominada “chola bandida”, de nombre Susana Juana Ticona Laura, quien fue reconocida por al menos otras 50 personas, el pasado sábado, como la autora de estafa de diferentes montos de dinero, en distintos lugares del país.

Resultado de su detención y mención en los diferentes medios de comunicación, ahora se tiene cerca de 16 nuevos testimonios de otras víctimas, además de tres nuevas denuncias formales, dos en La Paz y una en El Alto.

La mujer, que se hacía pasar por dueña de negocios pidiendo el pago por las mercaderías o hacia cambios de billetes falsos con los librecambistas, fue detenida el pasado jueves en posesión de 40 mil bolivianos, pero de acuerdo a las primeras evaluaciones se calcula que el daño económico, infringido a diferentes personas, alcanza al menos medio millón de bolivianos.

“Fue una serie de actividades investigativas de inteligencia que se han puesto en juego y se ha logrado identificar a la persona, localizarla y en base a eso ha sido aprehendida. Y tenemos dos casos más que se encuentran en proceso aquí en La Paz y un caso en El Alto. Muy al margen de eso, a través de la división asignada al caso, hemos recibido 16 declaraciones de nuevas víctima y seguro que se irán sumando otras más, estamos haciendo el cruce de información con otros departamentos”, informó Téllez.

Sunday, March 30, 2014

Palmasola En la cárcel, los sintecho y las extorsiones abundan

Parecen muertos en vida. Envueltos en sábanas y colchas hasta la cabeza, apenas dejan ver uno que otro pie descalzo y denotan, en su mayoría, que son jóvenes. Ellos son conocidos como los sintecho, duermen a la intemperie, sobre la tierra que con la lluvia se transforma en barro mezclado con aguas servidas. Ni la llovizna, como la que caía cuando pasamos junto a ellos, los despierta. Son la ‘escoria’ de la Palmasola, una sociedad con sus propias reglas, donde estos hombres no tienen derecho ni a hablar.

Los propios internos cuentan que los sintecho, tirados junto al muro trasero del PC-4, sobreviven de la droga y del alcohol que les regalan el grupo de reos que reina en el penal y que solo los usan para movilizarlos en caso de protestas o revueltas.

Otros, con un poco más de suerte, se ganan el techo desde la medianoche hasta las 6:00 del día siguiente pagando Bs 5 para dormir en un pabellón común.

Ese es el caso de un interno que ya cumplió ocho de sus 21 años de sentencia. El hombre se sienta sobre un bulto que carga de un lado a otro, porque no tiene para alquilar un cuarto, que comúnmente cuesta Bs 350 al mes. Sobrevive con lo poco que gana de la venta de las alcancías y gorras que hace. Muestra su brazo lleno de cicatrices de los cortes que se hacía cuando era drogadicto. Hoy, aunque no tiene abogado, está esperanzado en salir libre en dos años más. Solo tiene una hija de 10 años que lo iba a visitar el viernes, para asistir a un cumpleaños de niños que estaba organizando la esposa de otro reo. Pese a todo, allí pareciera que la vida transcurre como afuera.

Librado a su suerte

Según dice, la embajada de su país le envía un monto de dinero cada cuatro meses, pero solo le alcanza para pagar sus gastos básicos de un mes. Durante su primer año de encierro tuvo que aprender a tejer hamacas para sobrevivir y, aunque es un buen ingreso, no tiene plata para comprar los hilos. Habla de Dios y asegura tener fe en que alguien lo ayudará para seguir trabajando, al menos así tendrá su mente ocupada en algo positivo.

La violencia física y sicológica es cosa de todos los días. Un exreo, V.B., que estuvo preso durante una década, cuenta que el derecho de piso y el seguro de vida lo cobran al ingresar, dependiendo de la cara de quien llega. “Si es un asaltante que se ha robado de $us 200.000 a un millón le sacan la mugre (se dice que hasta $us 10.000), al igual que al narcotraficante que pasa de los cinco kilos. A los narcos menores les cobran 500 dólares y a los asesinos o acusados de homicidio les sacan entre 200 y 300 dólares. Adentro, les sacan otros Bs 800 y otro grupo los amenaza diciéndoles que los llamaron para que lo maten si no les dan Bs 5.000 o más. Si no pagas te sacan la mugre, te torturan y hasta te violan”, relata y asegura que es un círculo vicioso de uniformados y dirigientes de reos. El último caso fue el de un reo de 20 años que por no pagar el seguro de vida fue violado con un desodorante. Se niega a declarar por temor a que lo maten al volver; el jueves fue dado de alta en el hospital.

De estos cobros no hay factura, pero se habla de que se mueven hasta $us 30.000 al día. “Cuando estaba en el PC-4 llegó un grupo de unos 15 colombianos. A cada uno le sacaron de a $us 2.000 ¿se imagina cuánta plata?”, se preguntó el exrecluso indignado. En el penal incluso dicen que les meten la cabeza en un turril con agua hasta que ‘suelten los quintos’.



¿Disciplina?

En una de las calles del centro del PC-4 está el bote, la única celda con reja. Un joven se levanta en medio de la penumbra, se aferra a uno de los barrotes y, mientras pide un poco de comida, se queja que desde hace un año lo tienen ahí. En el piso hay más de 30 hombres apeñuscados y tirados. Se dice que son los ‘revoltosos’ o adictos que generan problemas. Algunos llevan años en ese cuarto frío, donde hasta hace poco llovía más dentro que fuera.

En la cárcel mandan los treintones y no les dicen así por sus años de vida, sino por sus años de sentencia. Según el exreo, Palmasola es la primera nación autónoma de Bolivia donde mandan los asesinos y los violadores a punta de extorsiones y violencia. Para él, ninguna autoridad pone orden en el penal porque se mueve mucha plata, sin contar los botines de atracos y robos dirigidos desde adentro.

Para otras personas, la situación es más tranquila desde hace unos seis años, cuando mandaba ‘la pesada’, otro grupo de reos aún más violentos

JÓVENES Y GAIS ESTÁN MEZCLADOS CON TODOS

Un muchacho de 17 años, con una sonrisa amable, cuenta que hace un año lo detuvieron por un supuesto robo del que dice ser inocente. Al principio lo visitaba su mamá, pero ahora está enferma. Lo metieron al PC-3, donde se ambientan los nuevos, le cobraron y como no tenía plata tuvo que levantarse todos los días a las cuatro de la madrugada a limpiar baños durante varios meses. Hace poco lo pasaron al PC-4 donde se gana el derecho a un pedazo de techo y comida limpiando, cocinando y sirviendo a otros reos. Como él hay muchos, a quienes llaman los ‘becados’.

Así conviven con acusados de asesinato, atracos y otros delitos graves. También se los ve alzando pesas, jugando ajedrez o entrenando gallos de pelea.

Es mediodía y por otra calle aparece un grupo de homosexuales de ropa apretada y coqueteando a otros internos. No faltan los piropos de algunos reos por el más ‘cachorro’ de todos, como le gritan al que no llega ni a los 20 años. Ellos también son presas de abusos.

EN DETALLE

1 El cobro del derecho de piso y el seguro de vida es vox populi, aunque nadie se atreve a denunciarlo por temor a represalias. Si lo hace, hasta su vida está en peligro.

2 El trabajo de las iglesias católica y evangélica es pilar fundamental en la ayuda espiritual a los reos, en su educación y su capacitación laboral.

3 Hay reos que dicen salir del penal cuando ellos quieren. En fotos de celulares se los ve en restaurantes o el estadio.

Cifra

5.000
RECLUSOS
Es el número aproximado de los que existen en Palmasola. Más del 75% no tiene sentencia

Ladrón violador cayó cuatro veces en la cárcel por asaltos

La Policía capturó ayer a Julio César Medina Camargo, acusado de ser el autor del robo agravado seguido de violación perpetrado contra una mujer de 32 años el jueves 27 de marzo en una agencia de periódicos situada en la calle Independencia, esquina Pari de la ciudad de Santa Cruz. El individuo resultó ser un peligroso exconvicto de la cárcel de Palmasola, donde estuvo preso cuatro veces por robo agravado y salió otras tantas con libertad condicional o luego de cumplir leves condenas.

El viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, ponderó el trabajo de la Policía y en particular la labor de los agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), que resolvieron el caso en dos días. Julio César Medina, de raza negra, estaba oculto en un cuartucho en el barrio El Retoño, zona este de la urbe cruceña. Allí se refugió después de la fechoría. Los investigadores allanaron una casa de los parientes de Medina y recuperaron dos celulares y una máquina fotográfica sustraídos a las tres funcionarias de la agencia de periódicos.

Pérez señaló que el sujeto entró con un cuchillo, sustrajo las pertenencias de sus víctimas y Bs 8.057 de la caja; acto seguido las obligó a desnudarse y abusó de una de ellas. “Después de violarme se abalanzó contra mi amiga que estaba embarazada y yo le pedí que no le hiciera nada, por lo que el hombre se vino contra mí, me jaló del pelo y me volvió a violar”, declaró la afectada ante una fiscal.

Una primera víctima

“Este sujeto cometió un acto cavernario, despreciable, pero no fue el único, porque a la medianoche del 26 de marzo, en el barrio El Bajío, entre el sexto y séptimo anillo, asaltó a otra mujer, le robó sus pertenencias y también la violó.

“Estuvo cuatro veces en la cárcel por robo agravado y le dieron libertad luego de tres años. Cómo le van a dar la pena mínima si tenía los antecedentes de haber caído otras veces por el mismo delito. Ahora imploramos a la justicia que actúe de acuerdo con la norma penal”, dijo Pérez

LOS ANTECEDENTES DE MEDINA

LA PRIMERA DETENCIÓN
El 29 de septiembre de 1993 fue enviado a la cárcel de Palmasola por robo agravado. Salió con libertad condicional el 12 de septiembre de 1995.

La segunda
El 28 de abril de 1996 lo remitieron al penal, de igual forma por robo agravado. Recuperó la libertad el 23 de octubre de 2000.

La tercera ocasión
Ingresó el 14 de agosto de 2003 por robo agravado. Cumplió parte de su condena y salió el 10 de marzo de 2007.

La más reciente
El 15 de septiembre un juez dictó su detención por atraco y recuperó la locomoción por cumplir su sentencia el 5 de septiembre de 2013.


Saturday, March 29, 2014

50 víctimas reconocen a la “chola bandida”

En un desfile identificativo realizado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) varias personas que superaban las 50 reconocieron a Susana Juana Ticona Laura alias la “chola bandida”, quien les habría estafado diferentes montos de dinero.

Tras conocerse la aprehensión de la “chola bandida”, el pasado jueves, una de las victimas llegó desde la ciudad de Tarija para denunciarla y pedir se le devuelva el dinero que le entregó el pasado martes. Otra de las víctimas relató que esta persona le estafó nueve mil dólares por lo que pidió se haga justicia. “Esta maldita ratera llorando todavía está, le he reconocido directamente su gorro lo que se pone”.

Según el informe policial, la acusada ofrecía a librecambistas y grandes comerciantes la venta de dólares con una cotización baja con relación al mercado, les pedía el dinero y les entregaba billetes falsos. Este sábado la autoridad del control jurisdiccional fijó la audiencia de medidas cautelares; el Ministerio Público solicitó la detención preventiva por existir suficientes elementos probatorios de los delitos cometidos.

El jueves el Grupo de Investigación de Casos Especiales de la Policía capturó a la “chola bandida”, acusada de estafar a comerciantes y librecambistas de la zona Gran Poder. La mujer tiene antecedentes de estafa y estuvo presa en Santa Cruz y Cochabamba.

Thursday, March 20, 2014

Joven compra la carcasa de lo que parecía un celular caro

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) del Plan Tres Mil busca a un sujeto que estafó a un joven al venderle por bueno el esqueleto de un celular Samsung Galaxy.
El afectado, Álvaro C.N., dijo ayer en la Policía que él y su compañero de colegio estaban buscando un celular sencillo por el mercado de la rotonda y en eso se les acercó un desconocido con lo que parecía un reluciente celular táctil Samsung Galaxy en su estuche.
El sujeto se los ofreció en Bs 600, precio que a los jóvenes les pareció una ganga y lo compraron. Empero, cuando Álvaro revisó el artefacto estaba relleno de cartón. Buscó al vendedor, pero este se había esfumado

Wednesday, February 26, 2014

Ladrón es vestido de mujer y obligado a andar de rodillas

Con la cabeza partida, un “justán” en el cuello y amarrado con las prendas íntimas de su víctima fue entregado ayer a la Policía de Cotoca Nicolás Ojeda Pardo (27) acusado de robar a varias familias en la localidad de Visito.

El potosino, con la cabeza agachada y rodeado por varios comunarios que lo increpaban, admitió entre rejas haber robado en varias ocasiones garrafas, cocina, prendas de vestir y una motobomba a personas que se dedican a la elaboración de tejas y ladrillos.

Ayer por la madrugada (3:00) cuando pretendía dar un nuevo golpe en la zona, fue sorprendido en plena avenida principal con dos garrafas, una cocina de dos hornillas y un atadijo de ropa que pretendía vender en el mercado Los Pocitos del Plan Tres Mil. Rosa Chijo, dueña de una tejería y víctima de robo denunció que hace un mes Nicolás, que se hacía llamar Wilson, llegó hasta su domicilio en busca de trabajo y ella se compadeció del sujeto y hasta habilitó una habitación para que viva mientras ahorraba dinero para sustentarse. "Le dejé una garrafa, una cocina con hornilla y una motobomba y el mismo día que lo hospedé desapareció con todas mis cosas", lamentó Chijo.

Escapó hacia el monte. La afectada contó que ayer cuando salía junto a su esposo hacia Cotoca, una persona salió del monte y le levantó la mano para que le hiciera una carrera. Ese momento, la mujer notó que se trataba de su trabajador que le había robado.

Cuando retornamos donde él, este se percató y dejó las cosas a la intemperie y huyó metiéndose en el monte para no ser detenido.

Las víctimas, esperando que algún otro comunario apareciera a esa hora para alertar del robo, esperó un vehículo sobre la avenida hasta que un trufi salió con pasajeros de la zona y se toparon que el sospechoso viajaba bien sentado en el taxi como si nada hubiera pasado. Molestos por la acción, el acusado de robo fue llevado a golpes hasta una comisaría de Visito, donde fue golpeado para que confiese sus robos. Muchos de ellos, incluso hicieron una fogata para intentar quemarlo pero optaron por vestirlo de mujer.

El subalcalde del distrito 10, Epifanio Condori Quispe, dijo que no dependía de él entregarlo a la Policía porque las personas del lugar estaban molestas debido a que la Policía libera a los delincuentes. "No vamos a tolerar más robos y de ahora en adelante vamos aplicar mano dura", resaltó.

Hasta el cierre de este despacho, los vecinos se negaban a entregar a la Policía al delincuente.